lunes, 13 de marzo de 2006

Ilusionistas

El mago es un experto en el engaño. Con gran maestría se aprovecha de nuestra falta de atención. Tiene una particular manera de crear ilusión. Pero solo repite los mismos trucos una vez tras otra.
El público se deja engañar. Se queda maravillado ante la desaparición de unas flores. Y vuelve a pagar la entrada para observar la misma desaparición. No perdemos la oportunidad de ver este tipo de espectáculo.
Hasta aquí todo bien, el problema es que existen otros magos peligrosos. Son aquellos que hacen que se nos hundan nuestras propias ilusiones. Los que nos quitan nuestra capacidad de soñar. Los que nos cortan nuestras alas para volar.
Los que nos hacen naufragar. Y así, día tras día, como todo espectáculo, lo intentan. Debemos aprender a desenmascarar a esos magos negros. Debemos quitarles la máscara.
Aprendamos a navegar, a soñar, a volar, a nadar en el mar de las ilusiones. Cualquier día se harán realidad.

1 comentario:

Vicente Torres dijo...

Yo no creo que haya que quitarle la máscara a nadie. Las máscaras dejan de serlo al poco tiempo, lo que tarda el interlocutor en darse cuenta de con quien está tratando.