miércoles, 28 de febrero de 2007

Escalas de libertad

Finalmente se reunieron para componer su sinfonía. Como todo dibujo infantil debía empezar como la luz clara de la mañana, con un sol a mitad de camino entre el horizonte y el cenit. En el momento propicio entrará un coro cantando la alegría de la vida. Y constará de diferentes movimientos, separados por los silencios que siguen a cada tormenta. Habrá espacio para alabar a cada deidad, serán pequeños momentos en que todos se sientan representados. Y una frase larga dedicada a la paz. Se intercalará un momento en que la percusión tome el protagonismo, recordando las bombas de horrendos pasados. Inmediatamente cantará el niño solista, su voz invocará un canto de esperanza. A su vez las madres secarán su llanto de impotencia soltando sus palomas de libertad. Luego cada grupo de instrumentos entonará lo mejor de su capacidad, aportando lo que puede hacer cada cual. El director dará paso al pianista, que tocará en todas las escalas simbolizando las conquistas de cada intervalo de la verdad. Tendrán representación los principales estilos que han marcado un hito en la historia, desterrando el olvido. Y finalmente todos cantarán, dejando a un lado su instrumento, tomados de las manos, y así hasta el final.

lunes, 26 de febrero de 2007

Espectro

Partículas que buscan otras partículas de su mismo color. Partículas que comparten su energía con el resto de las partículas. Partículas que viajan sin saber adonde van. Partículas que se conforman con lo poco que les llega.
Partículas que andan desnudas sin importarles el que dirán. Partículas que no se resignan ante ninguno de sus problemas. Partículas que buscan en tí tu profundidad. Partículas que vibran al compás de tu canción.
Partículas que bailan con tu sonrisa. Partículas que se alegran cuando te ven feliz. Partículas que te animan cuando te abruma la soledad. Partículas que te alimentan. Partículas que te llenan de serenos pensamientos.
Son el resultado del movimiento de las alas de mariposas que buscan su alimento en cualquier confín. Es el susurro que te llega desde lo más remoto del tiempo. Es la burbuja que emerge desde la oscura profundidad. Es la luz de la galaxia lejana que florece. Es el magma que brota desde las inquietas entrañas. Es el legado de los dioses, que llega a ti, solo para despertarte.

domingo, 25 de febrero de 2007

Ya no te espero

Ya no te espero
llegarás, pero más fuerte:
más violenta la corriente
dibujándose en el suelo
de mi pecho, de mis dedos.
Llegarás con mucha muerte.

Ya no te espero
ya eché abajo ayer mis puertas:
las ventanas bien despiertas
al viento y al aguacero
a la selva, al sol al fuego
llegarás a casa abierta.

Ya no te espero
ya es el tiempo que fascina:
ya es bendición que camina
a manos del desespero
ya es bestia de los potreros
saltando a quien la domina.

Ya no te espero
ya estoy regresando solo
de los tiempos venideros:
ya he besado cada plomo
con que mato y con que muero
ya sé cuéndo, quién y cómo.

Ya no te espero
ya he liberado a tu patria
hija de una espera larga:
y hay un Primero de Enero
que funda sus compañeros
con la sed de mi garganta.

Ya no te espero
porque de esperarte hay odio
en una noche de novios
en los hábitos del cielo
en madre de un hijo ciego:
ya soy ángel del demonio.

Ya no te espero.

Silvio Rodríguez

sábado, 24 de febrero de 2007

Tú, tesoro de virtudes

Se requiere paciencia infinita, para que veas en tu espejo tu capacidad. Basta con que alguien te sonría y te diga que eres maravilloso, para que te lo creas por un momento. El espejo, la laguna, la luna; todos a tu servicio para que lo descubras por tí mismo, y en vez de creértelo, tengas la certeza. Nadie valorará lo que no ve en tí. Cuando te descubras perfecto para hacerle frente a tu propio miedo, entonces descubrirás el secreto de tu felicidad. La vida te ofrece millones de posibilidades para que lo compruebes, y que la vivas como te mereces. Cuando sepas que no hacen falta ni la máscara ni el disfraz, cuando te decidas a ser auténtico, verás como se abren para ti las cortinas del universo. Cuando de los recuerdos hirientes reconozcas el valor que has adquirido, entonces comprenderás lo saludable que es perdonar. Cuando sonrías ante el llamado de la experiencia, sabrás agradecer aquello que un día no comprendiste. Cuando reconozcas el instinto peligroso de volver a errar, tus pasos se afirmarán con la confianza. Y sabrás que el presente es lo único verdadero. Disfrutarás de cada vivencia sin que llegue el aburrimiento que obliga a consultar el reloj. Vive, dale alas a tu virtud, no temas.

viernes, 23 de febrero de 2007

Esto no es una elegía

Tu me recuerdas el prado de los soñadores
el muro que nos separa del mar
si es de noche
tu me recuerdas sentada
ciertos sentimientos
que nunca se sabe que traen en las alas
si vivos o muertos.

Me quito el rostro y lo doblo
encima del pantalón
si no he de decir tu nombre
si ajeno se esconde
no quiero expresión
suelen mis ojos tener como impreso
sus sueños risueños.

Tu me recuerdas las calles
de La Habana vieja

la Catedral sumergida
en su baño de tejas
tu me recuerdas las cosas
no sé, las ventanas
donde los cantores nocturnos cantaban
su amor a La Habana, amor a La Habana.

Esto no es una elegía
ni es un romance ni un verso
mas bien una acción de gracias
por darle a mis ansias
razón para un beso
una modesta corona encontrada
en la aurora.

Tu me recuerdas el mundo
de un adolescente
un seminiño asustado
mirando a la gente
un ángel interrogado
un sueño acostado
la maldición,
la blasfemia de un continente
y un poco de muerte
y un poco de muerte.

Silvio Rodríguez

jueves, 22 de febrero de 2007

Solitario en la vida

El era un solitario. Caminaba solo con su música. Iba seguro de su belleza interior. No sabía cuan grande era, pero tampoco le importaba. Se sabía imperfecto, como todos. Visitaba museos admirando la belleza. Sentía en cada encuentro el palpitar del amor. Temía el rechazo, pero se le enfrentaba sin mayores problemas. Muchas despedidas han ocupado su tiempo. A pesar de las despedidas lo mas bello quedaba en su alma y en su corazón. Lo bello lo ayudaba a respirar y a vivir. Su tristeza no era por él, era por el mundo de los humanos, con su tendencia a autodestruírse. Por ello predicaba su paz, la princesa rectora de felicidades verdaderas. Comprendía la timidez de algunos, que impedía que se acercaran a él. Admiraba el azul nítido del cielo, aunque a veces las nubes grises lo tranquilizaban. Sonreía a veces en silencio, recordándote. Caminaba al sitio en que las preguntas tienen respuesta. Se aferraba al fondo de la madre tierra, fuente de vida y eternidad. Te llamaba en momentos de soledad suprema. Y tu a veces contestabas, pero otras veces continuabas, aparentemente sin haber oído nada. Seguía creyendo en ti. Sigue esperando tu respuesta.

miércoles, 21 de febrero de 2007

Indio

Quien ordenó la carga del arado
ordenaba tu muerte el mismo día.
Ella tuvo lugar junto al Salado
con paloma y calandria, a mano fría.

No te valió tu entrega de venado
frente al duro invasor que te temía.
No te valió tu miel de despojado.
Sólo la dulce espiga te quería.

Descendiente de gringo y su pecado,
por cementerio de tu alfarería,
a lo largo del río voy callado.

La culpa de tu muerte es culpa mía.
Indio, dime que soy tu perdonado
por el trigo inocente que nacía.

José Pedroni

martes, 20 de febrero de 2007

Ciclos vitales

Alma y mente que se desnudan incomprendidas. Incomprendidas por los que no estuvieron en su presencia. Incomprendidas por los que desconfían de la meta. Flores solitarias que se despiertan con el rocío de la primavera. Hojas otoñales que se desprenden después de ofrecer su espectáculo de abrasadora armonía. Alma y mente que perseveran en el río de la ignorancia. Puntos de luz que iluminan sin esperar una mirada. Pasos a veces cansados por los golpes de la marea. Incredulidad ante el ruido de la evidencia. Manos que hacen su historia desde la cueva de las tinieblas. Ilusión ávida de comprensión placentera. Ojos que consultan cada mañana su esfera. Sien que se marchita ante el impacto de la tormenta. Cuerpo que se levanta después de cada noche de espera. Fantasía que se alimenta con el calor de cada estrella. Máquina planetaria de ciclos que se retroalimentan. Palabras que se lleva el viento y al mismo tiempo se quedan. Paraíso de sol, luna y ausencias. Faro y azul, símbolos de su existencia. Faro que orienta en su mapa de niebla fresca. Azul creador, que comunica y se expresa. Impulsos de campanas que lo llevan a la frialdad eterna. Rencores prohibidos que a veces afloran en su conciencia. Así fluctúan la mente y el alma inquietas.

domingo, 18 de febrero de 2007

Nenúfar profundo

Todo aquel que deja de aprender es viejo, tenga veinte u ochenta, años. Todo aquel que sigue aprendiendo, sigue siendo joven.

Henry Ford


La hoja se dejaba llevar por la corriente del río. Encontró una roca que la hizo llegar a la orilla. En la orilla había otra planta que la ayudó a llegar a tierra firme. En tierra firme echó su ancla, se secó y murió. EL nenúfar sigue en la superficie, conectado con el fondo a través de su largo tallo. El agua fluye y el nenúfar se alimenta con cada golpe fresco. No es bueno ir tan rápido. Es mejor estar conectados con el fondo, aprendiendo con cada golpe de aire. La hoja lo supo tarde. El nenúfar por ahora no quiere saber de otra vida. Prefiere ésta, y se aferra al fondo.

sábado, 17 de febrero de 2007

Mi tiempo es tu tiempo

Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante

Saint-Exupery


Y ya ves, yo sigo dedicándote mi tiempo. Que me dirige implacable al encuentro o al olvido. Pero no me importa hacia donde, porque sé lo que me resulta importante. Me resulta importante este encuentro contigo aunque no sepas porqué. El mundo de imagen nos impide reconocer lo esencial en medio de tanta estridencia. El baile de disfraces y máscaras atrapa el oxígeno esencial para aquella montaña. La montaña que aquel dijo que con respirar se conformaría. Montaña piramidal de belleza feliz. A la que le niegas el respiro. El miedo al espejo solo significa tiempo perdido. Y el mismo aquel dijo que nunca lo es. Nunca el tiempo es perdido. Por eso, aquí sigo.

viernes, 16 de febrero de 2007

¿Adónde van?

¿Adónde van las palabras que no se quedaron?
¿Adónde van las miradas que un día partieron?
¿Acaso flotan eternas, como prisioneras de un ventarrón?
¿O se acurrucan, entre las rendijas, buscando calor?
¿Acaso ruedan sobre los cristales, cual gotas de lluvia que quieren pasar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo?
¿Acaso se van?
¿Y adónde van?
¿Adónde van?

¿En qué estarán convertidos mis viejos zapatos?
¿Adónde fueron a dar tantas hojas de un árbol?
¿Por dónde están las angustias, que desde tus ojos saltaron por mí?
¿Adónde fueron mis palabras sucias de sangre de abril?
¿Adónde van ahora mismo estos cuerpos, que no puedo nunca dejar de alumbrar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo?
¿Acaso se van?
¿Y adónde van?
¿Adónde van?

¿Adónde va lo común, lo de todos los días?
¿El descalzarse en la puerta, la mano amiga?
¿Adónde va la sorpresa, casi cotidiana del atardecer?
¿Adónde van el mantel de la mesa, el café de ayer?
¿Adónde van los pequeños terribles encantos que tiene el hogar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo?
¿Acaso se van?
¿Y adónde van?
¿Adónde van?

Silvio Rodríguez

jueves, 8 de febrero de 2007

Rosa sin niebla

La rosa de los mares es consultada cuando se necesita una respuesta. La red de Gaia la concibió para marcar la dirección correcta. En un vértice se encuentra el sitio en que las preguntas tienen respuesta. Pero hay respuestas agudas que hieren el alma. Y hay almas maleables que se alimentan con cada respuesta. La rosa marca el sitio, el alma interpreta. El alma se dirige al cobijo evitador de mareas. Cobijos que pueden ser valles de la luz o cuevas de tinieblas. El alma a veces no sabe de la vida o la ceguera. El universo maestro siempre está atento a la oportuna tristeza. Las estrellas y la luna se mueven cómplices del alma que interpreta. El campo de Gaia dirige a la rosa, nos atrae y nos da mareas. El sol ilumina los pétalos de la mala inocencia. El sol ayuda a la atención sincera. Las lágrimas colorean a los pétalos de la dirección certera. Y tú, y yo, nosotros todos contribuímos a la respuesta verdadera. Gaia rota y se traslada, en ciclos de evolución sin fronteras. Las campanas, al compás del viento, la lluvia y la niebla marcan el paso de la dimensión que nos lleva. Sólo el oído atento, la elegante vela, la lágrima hecha perla y el espíritu auténtico, llegarán a la respuesta verdadera: Tú y yo, sin excepción.

miércoles, 7 de febrero de 2007

Gaia de esperanza

La palabra de la sabiduría se extiende a través de mares infinitos. Las olas azotan, se calman, van y vienen. Los barcos intentan resistir los embates y aprovechan los buenos tiempos. Algunos elegantes veleros tienen dispuestas amarras que se dejan llevar por manos diestras e inteligentes. Estos veleros disfrutan de la paz del viento estudiando la verdad de las palabras. Las palabras les dicen cómo anda la marea y les permiten descifrar los mapas. Luego sus rosas les indican la dirección de la nube apropiada. Ningún barco desea encayar. Todos desean llegar a buen puerto, y si es posible encontrarse con un paraíso de montañas. Pero es que hay montañas aparentes y puertos que son una trampa. Las nubes ocultan la verdad de las montañas más altas. No se sabe si una montaña te llevará al mar o si te atrapará en la desconfianza. Montaña sabia, o montaña sin palabras. Sin saberlo, del velero no partirá una sola barca. Esperará pacientemente a que el viento le susurre al mar la clave de la esperanza. Y el viento necesita que la clave se desprenda de una rama. Del fruto a la semilla, de la semilla a la rama. Todas las hojas quisieran eliminar la desconfianza. Para ello necesitan de todos los barcos, su elegancia.

martes, 6 de febrero de 2007

Hoy no quiero estar lejos de la casa y el árbol

Hoy no quiero estar lejos
de la casa y el árbol
hoy quisiera estrechar
mi ciudad sumergida
boca de los corales
alma de las esponjas
dureza de las piedras
que se encuentran a veces
ojos de las estrellas de mar y los peces.

Hoy te quiero cantar más allá
más allá de donde ha de llegar
la canción.

Cómo voy a cambiarle el color a una ola
qué se puede querer si todo es horizonte
qué le voy a enseñar a la suma del viento
qué le puedo objetar a una noche estrellada
con mi vela amarilla y mi proa emparchada.

Hoy no quiero estar lejos de la casa y el arbol
cada rizo del suelo es un sueño contado
algo como un recuerdo una imagen, un beso
que en la espalda del día se queda ese algo
hoy no quiero estar lejos de la casa y el árbol.

Silvio Rodríguez

sábado, 3 de febrero de 2007

Misión insoslayable

No hay pasajeros en la nave espacial Tierra; todos somos tripulantes

Marschall McLuhan


Y yo te pido que me ayudes a ejecutar la primera orden. Estate atento a los controles. Yo vigilo los sensores. Diseñemos la estrategia. Se trata de reducir infinitesimalmente la variable miedo. Este un problema de complejidad desconocida. Pero hay dispuesto un ejército de corazones. El comando de todos indica que debemos descubrir posiciones estratégicas. También debemos poner a congelar las señales del olvido. Elevar a potencias superiores el valor de la confianza. Desnudarnos de escafandras. Salir de nuestras cúpulas y flotar en la esperanza. Adiestrarnos en libertades sin anclajes. Cristalizar nuestras miradas. Tu puedes. Ayúdame.

viernes, 2 de febrero de 2007

Tishrei

El comienzo no está lejos. Habrá que dejar de ser esclavos. Lo dice la historia. La historia habla de fe. Y la fe es la confianza en que podemos dejar de ser esclavos. Somos, individualmente, seres irrepetibles destinados a jugar un rol en este mundo. Somos frutos con sabiduría inmanente. Cada flor juega un papel vital y deja un legado de profundas consecuencias. Tenemos de manera perenne una semilla llena de compasión. También contamos con otra semilla repleta de rectitud. Y todos regimos sobre las fuerzas que alimentan a cada semilla. Son las fuerzas de la luz. La luz que nos permite sobrevivir al eclipse y trascender el estado de penumbra. La luz que atrae a las estrellas de la mañana. Hay candiles para todos. Infinitos cirios que todos ayudan a encender. No hay un único ser capaz de iluminar a la luna. El sol en su centro tiene un tesoro para todos, y nos enseña a la luna, con sus manchas. El sol nos quiere, ayudemos a la luna. Encendamos todos los cirios. Confiemos, tengamos fe. Alimentemos el amor y dejemos de sembrar oscuridades. Seamos ante todo humildes. Busca tu semilla, alimenta la mía, iluminemos nuestro entorno. Hagamos que el planeta sea para todos.

jueves, 1 de febrero de 2007

En estos días

En estos días, todo el viento del mundo
sopla en tu dirección.
La osa mayor corrige la punta de su cola
y te corona con la estrella que guía
la mía.

Los mares se han torcido
con no poco dolor hacia tus costas.
La lluvia dibuja en tu cabeza
la sed de millones de árboles.
Las flores te maldicen muriendo,
celosas.

En estos días no sale el sol, sino tu rostro.
Y en el silencio, sordo del tiempo, gritan tus ojos.
¡Ay!, de estos días terribles,
¡ay!, de lo indescriptible.

En estos días no hay absolución
posible para el hombre.
Para el feroz, la fiera
que ruge y canta ciega.
Ese animal remoto que devora y devora
primaveras.

En estos días no sale el sol, sino tu rostro.
Y en el silencio, sordo del tiempo, gritan tus ojos.
¡Ay!, de estos días terribles,
¡ay!, del nombre que lleven,
¡ay!, de cuantos se marchen,
¡ay!, de cuantos se queden.

¡Ay!, de todas las cosas
que hinchan este segundo.
¡Ay!, de estos días terribles,
asesinos del mundo.

Silvio Rodríguez