De niño te veía grande y me parecía imposible que un día podría alcanzarte. Hay que ver que durante mucho tiempo eras el único ser humano que inspiraba mis pensamientos. La protectora ante el niño indefenso.
La única que tenía todas las respuestas. El ángel de la guardia. La que me cuidaba. Ahora me ha tocado a mi. Me paso el día sonriéndote aunque no tenga ganas. Y me alimenta ver cada pequeña mejoría.
Te hablo en el mismo idioma idioma que me había enseñado. Ahora busco para ti las palabras más tiernas y más dulces. Hago todo lo posible porque te sientas mejor. Te tomo las manos y te doy mi calor. Mientras el mundo sigue. Lo observo y me pregunto como será la vida sin tí. Ya había aprendido a andarlo por mi solo, pero el problema es con quien compartir cada vivencia como hasta ahora. Es la tristeza que me agobia. Pero siempre estaré a tu lado. A pesar de que hayas alcanzado la paz. Eso es lo único que me da fuerzas. Siempre te tendré junto a mi. Lo demás no importa. Siempre serás mi mamá. Siempre estarás en mi.
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