jueves, 27 de abril de 2006

Jugársela

Y los juegos tienen un límite. No debemos jugarnos la vida de un tirón. Por muy bien que vayan las cosas es mejor la mesura. Es como quitarse la ropa en medio de la nieve. Esto de quitarse la ropa me trae algún recuerdo.
De cuanto todos estaban preocupados menos yo. Yo estaba contento. Y viene a cuento porque sin saberlo me estuve jugando la vida. Pero al mismo tiempo me sentía muy querido por todo el mundo.
Nadie entendía nada y yo me creía rey. Pero ya son cosas del pasado. Y es mejor hacer como que no ocurrieron. Nunca se sabe. Y yo tampoco se.
¿Para qué habré hablado hoy de esto? Bueno, conviene siempre tener ciertas cosas presentes. Sobre todo en estos días en que me estoy tomando las cosas un poco más en serio. Empecé mi nuevo régimen. Y hoy probé una combinación tremenda: espinacas, pimientos y guisantes... Pasados los pimientos por el sartén con una cucharada de aceite... delicioso. Pequeñas cosas por las cuales no vale la pena jugarse la vida.

No hay comentarios: