lunes, 20 de noviembre de 2006

Música

La música... Acaricia mi alma. Me sustenta en el aire. Alimenta mis pasos. Provoca un brillo en mi mirada. Tranquiliza mi oído. Suaviza mi piel. Inspira el aroma. Me hace adivinar lo que piensas. La música condiciona mi fe.
Me conforma. Me hace amar con intensidad. La música me permite ver en la oscuridad. Me invita a explorar nuevos caminos. La música me elimina las sombras y sublima mi deslumbramiento. Me ayuda a encontrar el equilibrio. La música me ayuda a ser.
Y con ella hemos aprendido a andar. Quien no lo sabe se pierde uno de los tesoros más grandes que hemos sido capaces de crear. He sido un privilegiado por haber crecido mimado por las notas de un piano. Y he tenido la suerte de haber dado con alguien que se atrevió a llevarme a conciertos desde pequeño. Y ahora compruebo lo que intuía, que no bastan conocimientos teóricos para encontrar buenas combinaciones de notas, de esas que te hacen vibrar. Hace falta tener un don innato y haberlo desarrollado. Uno de los pocos dones que puede tener el ser humano que por ahora solo ha podido ser utilizado para acariciar el alma y sentirse vivo.

2 comentarios:

Gaiar dijo...

Un beso flor!

Gaiar dijo...

Señorita pez, muchas gracias, escuchala, a todos nos hace bien :)