miércoles, 28 de marzo de 2007

Princesa por sorpresa

Mia supo un día que era princesa. Y no sé bien como siguió la historia. Pero ya sabemos quien es la verdadera princesa. El objetivo de Mia debió ser siempre asegurar la paz para su pueblo. Y para ello tenía que ejercer con sabiduría. Debía aplacar todas las peleas, no solo las que se llevan a cabo por medio de las armas. No solo entre grupos o entre dos, sino también las internas. Las peleas internas en las que intervienen fuerzas de diferente color. La clave estaba en la armonía. Y evitando en lo posible los tonos extremos. Armonizar una vida influye en el equilibro de las vidas que se relacionan con ella. Y haciendo masivo el ejercicio se logra la luz en todo un reino. Mia debía estimular la llama individual en cada habitante. Y la llama individual se prende cuando se encuentra el objetivo esencial de cada vida. Pienso en esto y no puedo evitar recordar algun suceso de estos días. Algunas personas son polos opuestos, o lo aparentan. En mi ejercicio diario por lograr el equilibrio puede aparecer otro polo. Y en estos días ha aparecido. Y me ha perturbado, por unos cinco minutos, pero lo logró. Gaiar, la luz se conquista, no tengas dudas, pero necesitas mucha paciencia. Quizás Mia lo sabía. Paciencia, no hay otra ciencia.

2 comentarios:

Esther dijo...

Sí, la paciencia pienso que es muy importante. Yo prefiero la paciencia en vez de hacer todo a tontas y a locas.Creo que es lo mejor. Pasito a pasito, no hay por qué tener prisa.

Yo aún no he encontrado mi meta para tener esa luz y esos colores en armonía pero, espero encontrarla pronto. A veces, puedo sentirme desesperada, pero, como tú bien dijiste tengo que aprender éso de "paciencia, no hay otra ciencia".

Un saludito.

Gaiar dijo...

La meta... se llega a partir del encuentro con uno mismo.