domingo, 18 de marzo de 2007

Espacio señal

En algún sitio de aquella ciudad había un espacio mágico, un recinto sin nada aparente que lo delimitara pero que tenía propiedades diferentes del ambiente circundantes. Captaba señales que enviaba a un ordenador que se encontraba en otro planeta, en aquel planeta querían conocer a nuestros habitantes y el espacio mágico en realidad era un cubo inteligente invisible. Estaba en una vía muy transitada y captaba el estado de ánimo de las personas que lo atravesaban. Muy preocupados estaban en aquel planeta por nosotros, pues era significativo el número de personas con signos evidentes de cansancio. Les llamaba poderosamente la atención que incluso personas cogidas de las manos mostraban señales de rechazo mutuo. Al contrario de lo esperado las bellas mañanas se transformaban en una horda de prisas. Tenían la impresión de que no conocíamos el placer de un paseo meditativo disfrutando de las maravillas de nuestro entorno. Detectaron a unas personas que sacaban periódicamente a sus perros, casi obedeciendo a un horario preciso, aburridas por la rutina. Y lo más asombroso: Poca intensidad en los canales que medían el amor verdadero. Distan esos seres que nos estudian de saber que nuestro motor no es precisamente el altruísmo, como en su caso.

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