martes, 20 de marzo de 2007

Cubrimiento vital

Por un momento los aviones de combate y los de la aviación civil olvidaban su cometido. Captaban una señal que los invitaba a un diferente objetivo. Elevarse todos a la altura a la que eran capaces de llegar.
Ubicarse en puntos equidistantes cuya visibilidad total sumara todos los puntos del planeta. Y emitir una señal de unión universal. Era una señal diferente, única; una señal de música, color y sabor.
Una señal total que invitaba a todos a la paz. Una señal enérgica y vibrante que hiciera que finalmente prendieran el perdón, la compasión y el amor entre todos los seres que habitan el planeta.
Una señal que marcara un hito y su recuerdo durara por los siglos de los siglos. Una señal que uniera a todos con independencia de religiones. Una señal suficientemente convincente que impulsara a construir bases y puentes sólidos por un mundo mejor. Una señal que sembrara raíces en todos los corazones.

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