Me observas mientras pienso. Por momentos distraes tu mirada, estrategia calculada. Repaso miles de explicaciones. Me haces precisamente la pregunta que esperaba. Y viene la respuesta adecuada, la mentira disfrazada. Sabemos que la mentira no existe, sabemos que no es necesario, sabemos que los dioses nos han equipado para detectarla. Y sabemos perfectamente porqué lo quisieron así. Por eso te mantienes serena, y sonríes, te diviertes con mi jugada. La verdad es que todo está tan claro que lo demás solo es una pérdida de tiempo. Pero no nos cuesta nada permitirnos un descanso y jugar a las interrogaciones, a pesar de que no necesitamos de ese medio para comunicarnos. Y el tiempo pasa y seguimos en el juego. Y es que necesitábamos morirnos hoy, necesitábamos vernos y disfrutar de nuestra belleza mutua aunque sea por un momento. Hasta dejé que me acariciaras el alma, por decirlo de alguna manera, vamos. El oficio de príncipes nos consume y a veces es necesario simular una partida. Por cierto, cuando averigues a quien darle las gracias por el angel, no dejes de decírmelo, también de él necesitaba la mirada. Y sobre la muerte, pues nada, no existe, olvídala por ahora, es elemental. En fin, ya sabes que necesito que me acaricien el alma.
2 comentarios:
¿Te he dicho ya que te quiero? :)
Voy a guardar ese día junto a mis recuerdos más adorados, gracias :***
A veces necesito que me lo repitan, ademas de que me acaricien el alma. Espero que tengas vivencias suficientes como para olvidar ese dia, me harías muy feliz.
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