viernes, 2 de febrero de 2007

Tishrei

El comienzo no está lejos. Habrá que dejar de ser esclavos. Lo dice la historia. La historia habla de fe. Y la fe es la confianza en que podemos dejar de ser esclavos. Somos, individualmente, seres irrepetibles destinados a jugar un rol en este mundo. Somos frutos con sabiduría inmanente. Cada flor juega un papel vital y deja un legado de profundas consecuencias. Tenemos de manera perenne una semilla llena de compasión. También contamos con otra semilla repleta de rectitud. Y todos regimos sobre las fuerzas que alimentan a cada semilla. Son las fuerzas de la luz. La luz que nos permite sobrevivir al eclipse y trascender el estado de penumbra. La luz que atrae a las estrellas de la mañana. Hay candiles para todos. Infinitos cirios que todos ayudan a encender. No hay un único ser capaz de iluminar a la luna. El sol en su centro tiene un tesoro para todos, y nos enseña a la luna, con sus manchas. El sol nos quiere, ayudemos a la luna. Encendamos todos los cirios. Confiemos, tengamos fe. Alimentemos el amor y dejemos de sembrar oscuridades. Seamos ante todo humildes. Busca tu semilla, alimenta la mía, iluminemos nuestro entorno. Hagamos que el planeta sea para todos.

2 comentarios:

el color del cristal dijo...

La libertad tiene la costumbre de escaparse si no luchas constantemente por ella.

Gaiar dijo...

Princesa, sabes los motivos por los que tu y yo nos queremos tanto :)