lunes, 14 de mayo de 2007

Víbora payaso

Quizás debería ser más una serpiente silenciosa, es que a veces soy una serpiente ruidosa. Pues cuando intento picar ya el alimento estaba preparado para contraatacar. Pero de cualquier manera tampoco compensa ser una serpiente silenciosa. Pues mi alimento podría ser la flauta del futuro. Y a veces una flauta alimenta más, aunque sea tocada por casualidad. ¿Y que hay con el payaso cantarín? El payaso cantarín sirve de alimento, aunque no muere cuando alimenta. Ahora pienso en un payaso que no canta, y su maquillaje evoca la tristeza. Su maquillaje enmascara el color de sus ojos, aunque se vean, hay que acercarse mucho para poder ver el color. Y es que está prohibido saltar a la arena del circo. Debe ser para que no se descubra que el payaso cantarín se ríe más que quien se ríe de él. Su apariencia triste enmascara su alegría de vivir. De pueblo en pueblo, de mundo en mundo. Conociendo cualquier sitio y haciendo reír con independencia del entorno, se alimenta, más benignamente que una serpiente. Nadie sabe de su vida, nadie sabe de su oculta tristeza. Nadie comprende su alegría, nadie comprende los motivos de su risa. Es que está y no está en el mundo. El está en la vida, como la víbora. O no.

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