lunes, 21 de mayo de 2007

El sol no da de beber

Al tibio amparo de la dos catorce
se desnuda mi canción de amor.
Llegaba el día indiscreto y torpe,
y la belleza nos hacia más pobres,
más esclavos de la ronda del reloj.

Así pasaron los momentos pocos,
así pasaba la felicidad
huyendo siempre de miradas de otros y
entretejiendo un universo loco
de caricias, dudas y complicidad.

Toma de mí todo, bébetelo bien,
hay que ayunar al filo del amanecer.
Toma de mi todo y todavía más,
hay que esperar un largo no de claridad.
Toma de mi todo cuanto pueda ser,
el sol no da de beber.

A los tristes amores mal nacidos
y condenados por su rebelión
daré algún día mi canción de amigo
y fundiré mi vino con su vino
sin perder el sueño por la excomunión.

Y a quien me quiera incinerar los versos
argumentando un folio inmemorial
le haré la historia de este sol adverso

que va llorando por el universo

esperando el día en que podrá alumbrar.

Silvio Rodríguez

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