miércoles, 24 de enero de 2007

No era feliz...

Entonces, escribió un libro, plantó un árbol,
tuvo un hijo y tampoco pudo decir que lo era.

Entonces, escribió otro libro, plantó más árboles
y tuvo varios hijos, pero nada cambió.

Entonces, escribió sobre el árbol, tuvo cinco mil
libros, plantó a sus hijos, y fue más desdichado.

Entonces, plantó los libros, le escribió a sus hijos
y se sintió más desgraciado.

Entonces, cerró el libro, le habló a sus hijos y
se durmió bajo el árbol para siempre

En ese lugar hay una placa que dice:

"Yace aquí un hombre que
se olvidó de amar a los
árboles, a los hombres
y a sus hijos"

Jorge Bucay

3 comentarios:

Morrigan dijo...

gracias por tus palabras, de corazón.
Saludos

Gaiar dijo...

Preciosa, a ti gracias por estar :)

Gaiar dijo...

Sería bueno no morir en el intento