jueves, 28 de diciembre de 2006

Resumen

Me hallaba culpable. Pasaban los años y me seguía sintiendo culpable. Se pasaba la vida y yo, culpable. La autoflagelación nunca dió resultado. Y se hizo el silencio. Retrocedí por los años. Y me sumergí en lo profundo. Al llegar al fondo supe que estaba la posibilidad de regresar a la superficie. El agua me limpió de interrogantes. Supe que ya no hay posibilidades de cambiar nada. Que no valía la pena seguirme torturando. Y algo comenzó a cambiar. Los demás lo notaban en mi sonrisa. Aunque los nuevos creen ver tristeza en mi mirada. Pero si se dan tiempo podrán ver. Se murió el rencor. La oscuridad poco a poco va dando paso a la claridad. La espalda se va liberando de cargas. Lo imposible va cambiando de naturaleza. Se va abriendo un mundo de oportunidades. Las lágrimas se convierten en perlas. Surge la comprensión. Y el universo se transforma hacia lo real. Cada momento se disfruta con un buen sabor. Cada sonido inspira una canción. Los deseos se cumplen aplicando una mínima fuerza. Aparecen tesoros por doquier. Las hojas secas brillan como el oro. A cada paso aparece un nuevo camino seguro. No se sabe si era necesario probar primero lo salado, pero en este caso así fue.

1 comentario:

Gaiar dijo...

Gracias Meri, ya sabes que yo te deseo lo mismo, y mucho mas.

Un abrazo!!!