sábado, 30 de diciembre de 2006

Niño dormido

Hoy me dijeron palabras necias. Palabras injustas como respuesta a una simple palabra. La misma palabra que hace años había conmovido al hermano en apuros de un buen amigo. Otra vez se constata lo complejos que somos a veces. Otra vez una piedra en pleno vuelo. Hace casi un año decía que había despertado. Y la realidad es que ni sé si se podré despertar algún día. Porque para poder despertar no puedo sentir la tristeza que me han hecho sentir hoy. Estas son mis palabras al viento, casi siempre llenas de optimismo, pero hoy no puedo evitar hacer lo contrario. Debería saber que no todos estamos preparados para entender que en el mundo existen personas que solo entienden como recompensa una sonrisa. Debería entender que es difícil que cambien las cosas de la manera en que las circunstancias están dispuestas. Debo seguir mi camino a pesar de las piedras. Debo continuar riendo a pesar de que otros no comprendan mi alegría. Debo seguir diciendo aquella palabra a pesar del peligro de la piedra. No veo otro camino. Por ahora el esfuerzo ha valido la pena. Debo seguir caminando aunque tropiece mil veces más con la incomprensión. No debo callarlo, porque es lo que siento: niño.
Nota: Ya ves, casi olvido que hoy tenía que decirte algo.

1 comentario:

Gaiar dijo...

Gracias Esther, espero que ya haya pasado. Muchas gracias.
El resto del dia ha sido bueno, de verdad.
Un abrazo!!!