martes, 11 de noviembre de 2008

Cantar

Después del silencio llega la hora de cantar. Una noche de sueños se rompe con el canto del sol al renacer de cada mirar. Se calla en silencio y se habla cantando. Se camina bailando con el canto del viento. No hay como el canto para expresar cada sentimiento. El silencio sin canto es mejor ignorarlo. La mirada nos vibra con las ondas del verso. El mar no se aquieta con el canto del cielo. Y lo bueno es más bello si se canta de lleno. La duda es más dura cuando la acompaña el silencio. Más feliz es quien puede escuchar el sonido del tiempo. Con cada segundo una sílaba escalada, dando la respuesta a cada momento. Así la vida transcurre mejor. Un cambio de ritmo en momentos alternos, hará que se escape el aburrimiento. Un arruyo bajito y un puñado de besos, lo mejor para justo antes del sueño. Para el final de cada jornada sería bueno entonar una buena tonada. Y cuando los novios caminen hacia el sí, qué mejor si la marcha la entonan cien voces o mil. Para la sorpresa de cada verano el ritual podría ser un cantar junto al lago. Cuando se canta todo anda bien, es cuando mejor se percibe el sabor de la miel. Y si crees que no tengo razón, pues por favor, convénceme con una canción.

2 comentarios:

el color del cristal dijo...

Quien puede escuchar el sonido del tiempo... un arruyo bajito y un puñado de besos...

Tienes toda la razón,
una razón que canta una bella melodía,
su música me alimenta y me guía, llenándome de amor el corazón.

besos, amor :)

Gaiar dijo...

Un besote, mi niña :)