jueves, 26 de abril de 2007

Burbuja espiritual

Por el desierto iba la burbuja vacía. No encontraba su oasis y lentamente se debilitaba la capa que la definía. Pero era una burbuja valiente, tanto que ni ella misma lo sabía. A veces tropezaba con algún cactus que ponía a prueba su valentía. Ella no sabía de donde venía, si de un niño o de una anguila. Por el camino encontraba a otras burbujas amigas. Las veía tan contentas que creyó que sabían. Y de tanto mirarlas se le contagió la alegría. Y de repente observó que algunas se unían. Y resultaban una más grande con mucha mas armonía. Entonces quiso unir con otra su ignorada valentía. Lo intentó mil veces y siempre aumentaba su agonía. Los intentos la llevaron al oasis que quería. Y vio flores, árboles, y hasta aguas cristalinas. Quiso beber, no le importaban las hojas que caían. Una parra la fundió con el agua que bebía. Y pasó a formar parte de los ciclos que no intuía. Ahora es respuesta, es pregunta y es sonrisa. Ahora sacia, alimenta y limpia. Ahora es dirección, es corriente y es guía. Ahora construye, repara y fertiliza. Ahora es humo, vapor y cortina. Ahora es sudor, es fruto y espina. Es el hermano, la madre y la prima. Es el ahora, el después y el todavía. Ahora es fuente, es camino y es vida.