Uno vuelve siempre
a los viejos sitios
donde amó la vida.
César Isella
Cuando parece que ya nada tiene sentido llegan a la mente lugares y sonidos que hacen recordar. Recuerdos que indican que en algún momento hubo en la mano algo de felicidad. Y que también significan que siempre es posible, siempre es posible salir de donde se está y llegar a donde se quiera llegar. Hay quien nunca deja de amar la vida, pero hay quien se olvida de ella, por el motivo que sea; y lo arrastra cierto río de hojas negras, preso de la impotencia. Por suerte aparecen lugares y sonidos, simples cosas, que ayudan a respirar.
2 comentarios:
Sí, esos recuerdos que te hacen incluso recordar quién eras y que incluso si se escuchan te pueden dar fuerzas para intentar recuperarte a ti mismo.
Saluditos.
La certeza de estar vivo es para mí el índice más infalible de que uno puede ser feliz.
Vos sabés porque me leíste durante mucho tiempo, yo tiendo a apegarme a los recuerdos, pero ahora estoy convirtiéndolo en un sentido más positivo, en ese del que hablás en el post.
Un abrazo
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