viernes, 6 de junio de 2008

Reglas de juego

I

El hombre que me ame
deberá saber descorrer las cortinas
de la piel,
encontrar la profundidad de mis ojos
y conocer lo que anida en
mí,
la golondrina transparente de la ternura.


II

El
hombre que me ame
no querrá poseerme como una mercancía,
ni exhibirme como
un trofeo de caza,
sabrá estar a mi lado
con el mismo amor
conque yo
estaré al lado suyo.


III

El amor del hombre que me
ame
será fuerte como los árboles de ceibo,
protector y seguro como
ellos,
limpio como una mañana de diciembre.

IV

El
hombre que me ame
no dudará de mi sonrisa
ni temerá la abundancia de mi
pelo,
respetará la tristeza, el silencio
y con caricias tocará mi vientre
como guitarra
para que brote música y alegría
desde el fondo de mi
cuerpo.


V

El hombre que me ame
podrá encontrar en

la hamaca donde descansar
el pesado fardo de sus preocupaciones,
la
amiga con quien compartir sus íntimos secretos,
el lago donde flotar
sin
miedo de que el ancla del compromiso
le impida volar cuando se le ocurra ser
pájaro.


VI

El hombre que me ame
hará poesía con su
vida,
construyendo cada día
con la mirada puesta en el
futuro.


VII

Por sobre todas las cosas,
el hombre
que me ame
deberá amar al pueblo
no como una abstracta palabra
sacada
de la manga,
sino como algo real, concreto,
ante quien rendir homenaje con
acciones
y dar la vida si es necesario.


VIII

El
hombre que me ame
reconocerá mi rostro en la trinchera
rodilla en tierra
me amará
mientras los dos disparamos juntos
contra el
enemigo.


IX

El amor de mi hombre
no conocerá el
miedo a la entrega,
ni temerá descubrirse ante la magia del
enamoramiento
en una plaza llena de multitudes.
Podrá gritar -te
quiero-
o hacer rótulos en lo alto de los edificios
proclamando su derecho
a sentir
el más hermoso y humano de los
sentimientos.

X

El amor de mi hombre
no le huirá a
las cocinas,
ni a los pañales del hijo,
será como un viento
fresco
llevándose entre nubes de sueño y de pasado,
las debilidades que,
por siglos, nos mantuvieron separados
como seres de distinta
estatura.


XI

El amor de mi hombre
no querrá
rotularme y etiquetarme,
me dará aire, espacio,
alimento para crecer y ser
mejor,
como una Revolución
que hace de cada día
el comienzo de una
nueva victoria.


Gioconda Belli

1 comentario:

Alma azul dijo...

Que gran poema. Me encantan estos versos. Y me identifico con ellos. Yo también quiero todo éso, que es de lo más valioso en una relación.

Besos.