sábado, 2 de junio de 2007

Tristes señores

El ruiseñor se niega anidar en la jaula, para que la esclavitud no sea el destino de su cría.

Khalil Gibrán


Y hay ruiseñores que han ido de jaula en jaula, de vida en vida, que han terminado sus días sin poder anidar ni sembrar semillas. Hay ruiseñores que solo cantan para alimentar a sus crías, porque de repente se encuentran en jaulas que les nublan la luz del día. Hay ruiseñores que crecen y luego no pueden volar para engendrar nuevas vidas, porque de tanto crecer se encontraron con los barrotes que antes no veían. Todo esto ocurre porque hay señores que atrapan a ruiseñores en suficiente mayoría, los esclavizan, y les hacen creer que el brillo de los barrotes es más importante que las otras crías.

1 comentario:

mayteag1963@gmail.com dijo...

El mejor ejemplo en el cuento oriental: el ruiseñor y el emperador. Un cuento con un final extraño y algo triste.