martes, 8 de agosto de 2006

Soneto LII

Cantas y a sol y a cielo con tu canto tu voz desgrana el cereal del día,
hablan los pinos con su lengua verde: trinan todas las aves del invierno. El mar
llena sus sótanos de pasos, de campanas, cadenas y gemidos, tintinean metales y
utensilios, suenan las ruedas de la caravana. Pero sólo tu voz escucho y sube tu
voz con vuelo y precisión de flecha, baja tu voz con gravedad de lluvia, tu voz
esparce altísimas espadas, vuelve tu voz cargada de violetas y luego me acompaña
por el cielo.
Pablo Neruda


Te imagino cantando desde el sol. Te oiré cantar desde el cielo. Pero ahora respira, yo sigo estando contigo.

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