La vela permanece prendida mientras platicamos. Testigo silente de nuestras
intimidades. No importa el sexo no importa el como, el...Cuando? el donde?
Destila cera y hace una base sobre la mesa. La vela esta flameando mientras
nosotros… todos nosotros platicamos en diferentes momentos, en diferentes tiempo,
platicamos... somos nosotros… seguimos platicando y la vela sigue escurriendo.
Mientras la mesa sigue acumulando cera, tiempo, espacio, vivencias,
sentimientos, temores, amores, confesiones... Nosotros seguimos escuchando esa,
la música mas adecuada a nuestro ser, a nuestra plática, a nuestro diario
convivir a nuestra diaria manera de vivir. Mientras mas cera se acumula, mas
amistad, mas se enriquece, mas plática, mas confusión... mas sentimientos, mas
conocimiento del uno por el otro... mas cera... mas nosotros... simplemente
nosotros. Ahora esa vela crece y sigue sola alimentándose de su ser, hecha a
mano y forjada con nuestros sentimientos... la vela sigue. Algunos no la conocen
de vista... no saben que existe pero saben lo que significa... en donde estén,
no necesitan verla, tu, tu, tu y tu... saben que son parte de ella. Y seguiremos
nosotros con ella, porque es parte nuestra es parte de tu ser, de mi ser, del
ser... porque yo soy la vela, quizás tu o tu o tu o quizás nadie... es una
mezcla de todos nosotros que lleva en alto el valor y el sentimiento de nuestro
ser. Es una mezcla que vivo, sufro, me alegra… me enriquece y siempre me hace
sonreir porque se que es parte de mi… porque se que aunque no tengamos luz, ni
música, ni siquiera un pobre vaso o un espíritu por el cual sonreir o decir
salud… siempre estamos ahí, aun cuando tu nunca te hayas sentido parte de eso...
creemelo, estas ahí. Mientras tanto, mientras el tiempo pase… felices,
deprimidos, solos, acompañados, añorando, disfrutando... contigo, conmigo, con
todos o quizás sola... esa vela sigue ahí y ahí seguirá creciendo gracias a
todos ustedes... gracias por ser esa vela que ha iluminado mi vida a través del
camino. A todos ustedes, a los que he amado... a los que he adorado, a los que
he temido, respetado, insultado... A todos aquellos y aquellas que se han
detenido un minuto de su vida en estar conmigo... son parte de esta vela.
Gracias, soy lo que ustedes me han enseñado a ser... la base de esta vela...
Adorar, admirar, amar, sufrir, que se yo… ustedes gente de todos los días…
especial a cada momento, nunca se dejen caer... Siempre estaremos adelante, al
frente, arriba sonriendo… Aunque tengamos lágrimas en los ojos. Mil gracias por
su luz y por la cera que aportaron a mi vida. Hasta siempre. Los dueños de esta,
la vela mía y suya.
Autor desconocido
Colaboración de Anaisha Pomel
Recibido a través de Mayte
sábado, 19 de agosto de 2006
La vela
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