Y hoy lo he visto todo de manera diferente. Dándome cuenta cada día más de lo complejo que es este ser humano. Ha resurgido la esperanza. Y vuelve a salir el sol. Es una suerte. Parece ser que los temores eran infundados. Mi perspectiva ha cambiado. Por supuesto que la amenaza sigue latente. Pero creo que aún podemos disfrutar de muchas tardes juntos. Como si no pasara nada. Mis pensamientos se han vuelto más positivos. ¿Porqué será que cambiamos tanto? Una razón puede ser la evidencia, otra la necesidad. Por la noche se producen algunas reacciones que parece que hacen que a la mañana siguiente veamos las cosas de una manera distinta. Por eso es que no puedo ser rígido. No puedo dejarme llevar por los impulsos que me provocan la idea inicial. Debo contar hasta mil. Si acaso hasta cien mil. Debo comprender que las cosas están en constante cambio. Y yo soy el primer ejemplo. Me ha costado mucho trabajo comprender este tipo de cosas. De haberlo interiorizado antes quien sabe si me hubiera ahorrado alguna que otra cicatriz. Lo que veo hoy de una manera cambiará mañana. Y creo que esto lo he pensado ya otras veces. No es malo repasar la lección.
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