Nuestra casa es este planeta. El es el responsable del día y de la noche. A sus leyes nos debemos. Aunque intentemos contemplarlo, no somos más que sus víctimas. Lo más inteligente es entrar en sintonía. No actuar en contra de su corriente. Respetar sus horarios. Y aprovechar su magia. El que no sigue estas reglas, perecerá. Y no perecerá acabándosele la vida, simplemente se perderá las oportunidades. A mis 35 años me voy dando cuenta de ello. Estoy hablando ahora mismo con un amigo acerca del conocimiento y al mismo tiempo me voy dando cuenta de lo admirable que es Gaia cuando la conoces un poquito. Yo intento compartir ese conocimiento. Hace un tiempo dejé de investigarla y ahora me dedico a contemplarla. Y por supuesto, dentro de Gaia están los sentimientos. Me está resultando muy bello. Creo que fue para esto que los dioses me dieron la inteligencia. Así cualquiera tiene ganas de vivir. Gaia me está seduciendo. Siguen intrigándome las fuerzas que rigen todo esto. Pero para saberlo sin dudas hay que tener mucha paciencia. Para ser honestos, no creo en nada. Pero es que nunca se sabe. Y sí que me gustaría ser testigo de la revelación de todo este misterio.
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