Vivo cada momento esperando que salte la chispa. Serían unos segundos que me harían volver a empezar. Mientras voy viviendo la vida aprovechando lo poco o mucho que me ofrece. Lamentando no saber un poco más.
Me conformo con cosas bastante simples. Y a veces me entusiasmo con algunas un tanto más complejas. Busco las respuestas. Analizo cada cuadro esperando encontrar la mecha que prenda la llama.
Analizo el movimiento de las nubes esperando la señal que me diga hacia donde dirigir la mirada. Cosas pequeñas. Cosas livianas. Simples cosas que pueden contener lo grande que espero. Aquello que me pueda alimentar durante un buen tiempo.
El rayo de luz que alumbre tu mirada. Así pretendo ser. Hoy podría encontrarlo.
Y así cada día me levanto con la esperanza. Y al hacer el recuento, a pesar de que aparentemente no ha aparecido casi nada, me acuesto cada día con la esperanza de que al levantarme la vida me premie con las mismas simplezas que me regala cada día.
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