martes, 18 de julio de 2006

Mensaje cifrado

Me dejo llevar, por el viento, hacia lo más alto. Desconecto todo el sistema de alarmas y observo cómo mi cuerpo se eleva. Llego a la superficie. Y floto entre las estrellas. No quiero mirar hacia atrás.
Atrás solo quedan malas sensaciones. Observo con detenimiento y diviso la galaxia destino. Me encamino hacia ella. Mis pulmones se van vaciando. Poco a poco voy llegando y compruebo que el tiempo se había detenido.
Ya no veo el azul de aquel planeta. Ahora solo queda vivir en soledad.
Me azotan nuevas turbulencias y llegan nuevos escenarios. Enseguida me doy cuenta de que nada resolví con escapar. Sólo con llegar volvieron las mismas preocupaciones. Vuelvo a sentir las mismas cosas que me hacían infeliz. La idea llega de repente: El virus viajó conmigo. Me acompañará adonde quiera que vaya. La única solución es escapar de mi mismo. Y eso de momento es imposible. Tonto de mi, que emprendí este viaje arriesgado creyendo que iba a resolver mis problemas. Transmitiré este mensaje a Gaia para que estén advertidos.

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