¿Qué soy, después de todo, más que un niño complacido con el sonido de mi
propio nombre? Lo repito una y otra vez,
Me aparto para oírlo -y jamás me canso de escucharlo. También para ti tu
nombre: ¿Pensaste que en tu nombre no había otra cosa que más de dos o tres
inflexiones?
Walt Whitman
¿Y porqué he de sentirme complacido al oír mi nombre? Esto tampoco lo entiendo. Es difícil de entender a veces ciertas cosas. Y me da cosa no entender lo que quiso decir el amigo Walt. Walt, que tanto me llega. Que a veces me creo que sólo ha escrito para mi. Y de esto se me escapa algo importante que no logra llegar a mi entendimiento. Sin dudas no soy perfecto. Pero lo cierto es que no me complace para nada el sonido de mi nombre.
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