A veces falla la comunicación. Con frecuencia no conectamos con las personas. Y a veces no queremos entender lo que se nos dice. Como voces que claman en el desierto. Y una de las partes asiste desconcertada a la malinterpretación de la otra.
Se siente una especie de impotencia. No es posible ser más claros. Pero hay quien nunca quiere escuchar.
Eso me pasa a mi con cierta frecuencia. A veces me explico de una manera y se me entiende de la otra. Y me resulta difícil suponer una mala fe por la otra parte. Pero es cierto que hay cosas que no se quieren entender. Hay quien quiere sentirse ofendido y ve una ofensa donde no la hay. O exagera lo que se ha dicho. Entonces me canso y no sigo. No se porque traigo hoy este tema, puesto que ya hace un tiempo de la última vez que me pasó algo parecido. Debe ser que estoy en un período en el que le estoy dandole vueltas a ciertas cosas en la cabeza. Por momentos me olvido de las cosas buenas de este mundo y tiendo a ver lo malo. Mala cosa. Debo hacer un esfuerzo y ser un poco más positivo.
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