You don't have to put on the red light
Seis animales de galaxia se encontraron de repente alrededor del Sol. Buscando una luz que guíe nuestro camino. Una luz que garantice que no nos perdamos. Después de sumirnos en la penumbra abrimos los ojos y nos encontramos todos con todos, iluminando cada cual la cara del otro.
Era la luz del amor. Comenzábamos a buscar la llave. La llave que abre las puertas del camino. Surgieron pensamientos aparentemente escondidos. Pensamientos necesarios para aplacar la tristeza.
A medida que pasaba el tiempo la luz construía cimientos. Poco a poco comenzamos a caminar, fortaleciéndonos, preparándonos para encontrar la llave. La llave del camino hacia el amor verdadero.
El Sol nos hacía fuertes, nos hacía pensar, nos unía. Todos queríamos que nuestra luz brille mas.
Luego de construír diversos puentes avanzamos hasta encontrarnos de verdad. En cada cual se prendió una pequeña llama ante la mirada emocionada de los demás. Ahora nos queda dar un pasito y tratar de prender el próximo cirio.
2 comentarios:
O ha sido meditación o ha sido sexo, en cualquier caso, relajante :P
Si la ternura forma parte del sexo, entonces sí. Meditación, también. Hubo amor.
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