martes, 24 de enero de 2006

Perdono

La niñez fue un poco difícil. Fueron dos etapas, una primera en la que pude ser yo y la otra muy triste. Los niños y los padres notaban algo diferente. No sé si me he librado de las marcas de la infancia. Hubiera querido ser menos ingenuo y me hubiera gustado enfrentarme a ciertas cosas de una forma diferente a como lo hice. Los cimientos se forjaron bajo la tempestad. Le debo mucho de lo que soy a esa etapa. Aprendí muchas cosas sobre los demás. Con tantas frustraciones aprendí a buscar las satisfacciones. En fin, demasiada complejidad. Esa complejidad me ayudó a enfrentarme a la realidad. Todo ha influído mucho en la forma en que ahora entablo las relaciones. Lamentablemente la infancia no fue suficientemente respetada. Pero aprendí mucho con cada experiencia. Desgraciadamente las personas destinadas a cuidar de aquel niño no supieron ver ciertas cosas, pero a pesar de todo perdono, y comprendo. El espacio de juego fue muy reducido. Pero gracias a todo eso pude desarrollar ciertas capacidades. Quienes deberían velar por la búsqueda personal no lo supieron hacer. Eso ha influído mucho en el estado en el que me encuentro. Pero como ya dije sigo aquí, perdono y perdono.

4 comentarios:

Vicente Torres dijo...

Tú perdonas y yo te saludo.
La gente no se suele fijar en el prójimo, todo lo más trata de meterlo en una caja de zapatos, aunque no quepa.

Gaiar dijo...

Si, me resulta increible que las cosas tengan qeu ser asi

el color del cristal dijo...

Si, bueno, pero la gente no cambia porque la perdones, en fin... la gente no cambia.

Gaiar dijo...

No, no cambia, pero no se si comprendes que el perdon a quien le hace un bien es a la persona que perdona