Presto oído a todo lo que se me pueda decir. Creo que hago bien. Observo cada señal que se me envía. Respeto todas las opiniones, escucho cada propuesta. Respeto a quien piense diferente. Digo mi punto de vista.
Me encanta discutir sobre temas comunes. Aunque sea para oír cosas diferentes. No hay nada como una buena comunicación, en la que se respeten los puntos de vista de cada cual. Lo importante es tener un lenguaje común, que ambos podamos entender.
Hay personas con las que da gusto hablar. Siempre aportan algo, de lo que siempre se aprende. Con ellas da gusto el verdadero entendimiento. Lograrlo es un verdadero regalo. Otra cosas son las discusiones inútiles.
Estas hay que atraparlas a tiempo. Y saber el momento de dejarlas. Una discusión inútil es como algo que está enfermo y no tiene cura. Aunque pensándolo bien es un poco cruel esta última comparación. Las personas enfermas requieren de nuestra atención, y las conversaciones inútiles no.
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