martes, 21 de marzo de 2006

Doña

Lo más sencillo. Lo que no tiene precio. Está en el interior. Lo indestructible. Lo que no vence la envidia ni el egoísmo. Lo único que en verdad se tiene. Lo que no moja ninguna tempestad.
Se aviva con los sentimientos. Se mima. Y se contempla desnudo frente al espejo. Me embriago de ello. Hasta decir basta. Y lo repito y nunca lo llegaré a conocer. Es veneno para el malo. No se si sobrevivirá a la muerte. Por si acaso le he puesto nombre de mujer. Si consigue amanecer deberá multiplicarse. Si queda atrapado en la telaraña entonces que brille como nunca. Mis brazos lo protegen. Mi pecho lo recubre. Mi cerebro lo alimenta. Mi mirada lo alumbra. Mis ojos lo muestran. Es la fuente de mi amor. Es lo que activa mi piel. Es el que mueve mis hilos. Es el que anuda mi garganta cuando te ve. Es el que da sabor a mis besos. Es el que manda en mi. Es el que me hace levantarme día a día. Es mi lazo con el mundo. Es el que me ata a esta tierra. Es el que me da las fuerzas. Es el que hace que no lo vea todo mal. Es lo que más debería querer. Es el que me dice que no estoy solo. Es la visita que me acompaña. Es mi fortuna. Es lo que me inspira cuando veo la luna. Es mi alma.

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