Canta, ríe y baila
Máxima hindú
Iba cantando, encantado con cada segundo de imágenes y regalías. Iba riendo, sonriéndole a cada ser que aparecía. Bailando al son del viento de sorpresas escondidas. Sentía, reconocía a cada paso el regalo de su existencia vívida. Descifraba señales de virtud y agradecía. Llevaba su máscara de arcoiris y resplandecía en irisadas armonías. Pensaba, imaginaba y recreaba cada universo, por poco bello que parecía. Ardía, lloraba con cada paloma herida. Era alegre, y un día supo que no tenía que ocultar su alegría. Renacía, la vida le devolvía el resultado de pasiones y tristezas escondidas. Y ávido de soles y astros que eviten melancolías, expandía semillas de esperanza y simpatía. Rigidez comprensiva de auténtica energía. Cantaba, bailaba, reía.
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