domingo, 31 de diciembre de 2006

Esferas verdaderas

Las esferas orbitan fluyendo con el tiempo, nada las detiene. Siguen su trabajo a pesar de que nadie las pueda ver.
Mis esferas están llenas de colores, de sonidos y de sabores. Yo las pinto, les aplico una nota y les doy un toque de caramelo. En realidad no son mías, son tuyas. Tus esferas llevan tus sabores, tu música y tu color. Las veo, las disfruto y me hacen soñar. Nuestras esferas se sonríen, chocan entre sí y emiten una chispa que por momentos nos sorprende. Nuestras esferas nos muestran un paisaje que solo tu y yo podemos comprender. Nuestras esferas producen la música íntima que nos hace sentir unidos, a ti y a mi. Las esferas de todos tienen colores diversos, infinitos sabores y música celestial. Entre todas emiten la sinfonía que nos llega con el tiempo. Es la sinfonía de los sueños, es la sinfonía de las respuestas, es la sinfonía que a todos nos invita a formar un coro y a cantar con ellas. Las esferas orbitando han hecho su trabajo por los siglos de los siglos. Las esferas no saben del tiempo, tienen energía propia y auténtica luz. Las esferas conspiran a pesar de que no las vemos, las esferas somos tu y yo, somos nosotros, somos todos.

Nochevieja

sábado, 30 de diciembre de 2006

Niño dormido

Hoy me dijeron palabras necias. Palabras injustas como respuesta a una simple palabra. La misma palabra que hace años había conmovido al hermano en apuros de un buen amigo. Otra vez se constata lo complejos que somos a veces. Otra vez una piedra en pleno vuelo. Hace casi un año decía que había despertado. Y la realidad es que ni sé si se podré despertar algún día. Porque para poder despertar no puedo sentir la tristeza que me han hecho sentir hoy. Estas son mis palabras al viento, casi siempre llenas de optimismo, pero hoy no puedo evitar hacer lo contrario. Debería saber que no todos estamos preparados para entender que en el mundo existen personas que solo entienden como recompensa una sonrisa. Debería entender que es difícil que cambien las cosas de la manera en que las circunstancias están dispuestas. Debo seguir mi camino a pesar de las piedras. Debo continuar riendo a pesar de que otros no comprendan mi alegría. Debo seguir diciendo aquella palabra a pesar del peligro de la piedra. No veo otro camino. Por ahora el esfuerzo ha valido la pena. Debo seguir caminando aunque tropiece mil veces más con la incomprensión. No debo callarlo, porque es lo que siento: niño.
Nota: Ya ves, casi olvido que hoy tenía que decirte algo.

jueves, 28 de diciembre de 2006

Resumen

Me hallaba culpable. Pasaban los años y me seguía sintiendo culpable. Se pasaba la vida y yo, culpable. La autoflagelación nunca dió resultado. Y se hizo el silencio. Retrocedí por los años. Y me sumergí en lo profundo. Al llegar al fondo supe que estaba la posibilidad de regresar a la superficie. El agua me limpió de interrogantes. Supe que ya no hay posibilidades de cambiar nada. Que no valía la pena seguirme torturando. Y algo comenzó a cambiar. Los demás lo notaban en mi sonrisa. Aunque los nuevos creen ver tristeza en mi mirada. Pero si se dan tiempo podrán ver. Se murió el rencor. La oscuridad poco a poco va dando paso a la claridad. La espalda se va liberando de cargas. Lo imposible va cambiando de naturaleza. Se va abriendo un mundo de oportunidades. Las lágrimas se convierten en perlas. Surge la comprensión. Y el universo se transforma hacia lo real. Cada momento se disfruta con un buen sabor. Cada sonido inspira una canción. Los deseos se cumplen aplicando una mínima fuerza. Aparecen tesoros por doquier. Las hojas secas brillan como el oro. A cada paso aparece un nuevo camino seguro. No se sabe si era necesario probar primero lo salado, pero en este caso así fue.

miércoles, 27 de diciembre de 2006

Alma de Gaia

El distribuidor de corales se olvidaba por momentos de su misión y casi sin percibirlo, de vez en cuando, se echaba alguno en el bolsillo. Tanto se repetía esta situación que los peces multicolores empezaron a sospechar que algo raro les estaba ocurriendo.
Las algas se estaban muriendo de pena. Los caballitos se quedaban poco a poco sin oxígeno. Y la estrella supo cual era la causa. Pidió a todos los peces que llegaran lo más lejos que ellos eran capaces de llegar y trajeran los corales más bellos que encontraran.
Cuando todos estaban de vuelta le ofrecieron su cosecha al distribuidor a cambio de los auténticos.
Surgió la vergüenza. Los pececitos acariciaron su alma. Limpiaron el rojo, que dio lugar al rosa pálido. Las algas sonrieron. Los caballitos respiraron. La estrella brilló. La luz llegó hasta la superficie y los pescadores esa noche no se llevaron nada. Las esposas de los pescadores fueron felices al ver a sus esposos llegar temprano. Los hijos esa noche durmieron complacidos al escuchar dos cuentos. Las maestras emocionadas contemplaron a sus alumnos disfrutar de la clase. Aquel fue un gran recreo.

martes, 26 de diciembre de 2006

Pedales y cuerdas percutidas

No hables hasta que estés seguro de que tienes algo que decir y sepas lo que es. Entonces dilo y luego siéntate.

Dale Carnegie


Las palabras no son más que palabras. Las palabras se las lleva el viento. Algunas quedan escritas. Algunas significan algo para algunos. Para otros pueden no ser más que palabras vacías. A veces el significado de una misma frase cambia con el tiempo. Hay frases que resuenan en nuestro interior. Eso podría significar que contienen algo de verdad. Somos como instrumentos musicales. Unos necesitan del viento. Otros necesitan de martillos. Algunos necesitan de algo que los acaricie. Hay quien necesita resonar con caricias, martillos y vientos. Creo que soy de estos ultimos.